lunes, 21 de noviembre de 2011

Negocios españoles(西班牙人) en China(中国)

Pioneros en saltar la muralla

El grupo asturiano de transporte y la filial de Abengoa fueron dos de las primeras compañías en entrar en China, cuando la apertura económica del país todavía era limitada. Desde entonces, sus planes de crecimiento han consolidado su presencia en la nación del Dragón.

Cuando Alsa llegó a China en 1984, el ambiente empresarial no invitaba a invertir en el país. La primera empresa española que se atrevió a abrir la muralla se encontró un país en el que operaban medio millar de compañías con capital extranjero.
China ensayaba su apertura económica a la iniciativa privada y el grupo asturiano de transporte de viajeros aceptada el reto.

La empresa propiedad de la familia Cosmen fue valiente desde un primer momento y se atrevió a introducir novedades en un negocio como el del transporte. Estableció horarios fijos de salida y comenzó a vender billetes de ida y vuelta. Dos decisiones empresariales sin precedentes, si se tiene en cuenta que en China, lo normal era que los autobuses no salieran hasta que no se vendieran todas sus plazas.

Al mismo tiempo que Alsa desembarcaba en China, Telvent, la filial de Abengoa en tecnologías de la información, comenzó a plantearse su entrada en el país asiático. En los años ochenta, China empezó a realizar importantes inversiones para la modernización de sus infraestructuras.

Sainco, la empresa originaria de Abengoa en este sector, se propuso implantar sus sistemas de información y control en las grandes vías de comunicación (autopistas y metro) y en las infraestructuras energéticas. La compañía desembarcó en 1986 y consolidó una presencia estable a partir de 1998, año en el que abrió su primera sede.

Pero fue en 1992, cuando la firma andaluza consiguió consolidarse en el mercado chino, gracias al contrato de instalación del sistema de control de tráfico y peaje de la autopista de Pekín-Tianjin-Tanggu. Aunque, en la actualidad, Telvent (nombre de la compañía desde 2000) posee una cartera de contratos en Asia que supera los 48 millones de euros, "China no es Eldorado. Trabajar allí supone un reto, pero no una garantía de éxito", indica Manuel Sánchez, presidente de Telvent.

A su juicio, el idioma, la rigidez del ámbito administrativo y político, y los déficits del sistema financiero han sido los principales obstáculos que han tenido que sortear. El ejecutivo cree que el sistema bancario chino "debería abrirse y dar cabida a entidades internacionales para ser más fiable y seguro".

'Ser chinos'

Pese a los duros inicios, Telvent ha tenido un planteamiento claro, que explica Sánchez: "No percibimos el país como un mercado de exportación, ni como un centro de fabricación para ahorrar costes. Nuestra estrategia pasa por ser chinos para competir en China".

La plantilla de Telvent en ese país, con un alto nivel de competencia, está integrada por una treintena de trabajadores nativos. "No sólo entra en juego la creciente presencia de firmas internacionales, sino las propias compañías chinas, que están alcanzando un nivel de maduración nada desdeñable", apunta Sánchez.

Pero Alsa y Telvent son sólo la punta de lanza de las empresas españolas en China, donde están presentes más de doscientas compañías, la mayoría con oficina comercial para gestionar las compras a sus proveedores en el país asiático y realizar los controles de calidad de las expediciones.

Pese al protagonismo chino en los círculos empresariales en los últimos meses, España sigue a la cola de los países emisores de inversión directa en China. El país recibió 60.690 millones de dólares (50.435 millones de euros) de inversión directa extranjera en 2004. Estados Unidos, con cerca de 10.000 firmas instaladas, representó el 6,9% del total, y la UE, el 6,6%, aunque el protagonismo fue para Alemania, Holanda, Francia e Italia.

El contrato para el control del tráfico y el peaje de la autopista Pekín-Tianjin-Tanggu catapultó a Telvent
China es una de las áreas estratégicas para Telvent, firma de tecnologías de la información que cotiza en el Nasdaq y que está controlada por Abengoa. Desde que la empresa andaluza desembarcó en el país asiático a mediados de los ochenta, ha realizado más de una treintena de proyectos, por un valor superior a los 150 millones de euros en las áreas de energía, tráfico y transporte.

Los hitos de una firma andaluza en Oriente

"China se ha convertido en un país clave para nuestro desarrollo, desde nuestra implantación hace diecisiete años", señala Manuel Sánchez, presidente de la compañía. Sánchez explica que desde la nueva sede que la firma acaba de inaugurar en Pekín, en la que se ha invertido más de un millón de euros, "también dirigimos operaciones a mercados como el malayo o el indonesio". En China, hasta la fecha, la tecnológica andaluza ha conseguido contratos como el sistema automático de billetaje y el sistema de comunicaciones por radio del Metro de Tianjin, obtenido en 2004.

Otro de los hitos más recientes en la cartera de proyectos de Telvent es el de la adjudicación de la implantación de sistemas de control de la red de autopistas la provincia de Pekín para las futuras Olimpiadas de 2008. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno, viajará esta semana a la capital china para inaugurar esta instalación desarrollada por la compañía española, que no comenzará a operar hasta dentro de tres años, coincidiendo con el inicio de los Juegos.

Todo comenzó con una empresa de taxis

El grupo Alsa llegó a China en 1984 aprovechando los primeros intentos de las autoridades chinas para abrir el mercado. La empresa asturiana eligió como objetivo la provincia de Guandong, donde se encontraba la Zona Económica Especial (ZEE) de Shen-Zhen.

Alsa creó su primera empresa en alianza con compañías chinas de transporte que operaban en Shen-Zhen, pero la legislación le obligó a establecer la sociedad como una sociedad de taxis, porque en ese momento las autoridades chinas no permitían operar a una empresa extranjera en solitario en el sector de transporte de viajeros por carretera. Alsa comenzó a crecer en el país asiático a medida que el Gobierno establecía nuevas zonas económicas especiales al norte del país y que existía un mayor grado de apertura.

El año 1990 fue una fecha clave en el crecimiento de Alsa: una modificación de la legislación estableció un mayor grado de apertura y permitió a las empresas extranjeras iniciar actividades en el sector del transporte por carretera de viajeros en autobús. Ya no era necesario establecerse como una compañía de taxis. Alsa se convirtió así en la primera empresa extranjera en lograr el permiso para trabajar como transportista de viajeros, y aprovechó su ventaja para constituir la empresa mixta Tianjin Alsa y explotar una línea regular que une la ciudad con Pekín en un recorrido de 140 kilómetros. Hoy esta línea tiene una frecuencia de treinta servicios diarios de ida y vuelta, y alcanza una ocupación media del 80%.

Veinte años después de su desembarco en China, Alsa explota 68 líneas que atienden 436 destinos y que unen las tres ciudades más importantes del país: Pekín, Shanghai y Tianjin. El grupo español apostará los próximos años por implantar nuevas líneas regulares en ciudades intermedias como Nanking y Shijiazhuang.

El negocio de Alsa

Inicio de actividades en China: 1984.
Empresas participadas en China: 12.
Inversión en el país asiático: 89 millones de euros.
Número de vehículos: 520.
Kilómetros recorridos: 32,1 millones de kms. al año.
Número de viajeros: 12,8 millones al año.
Facturación: 44,7 millones de dólares (37 millones de euros).
Nº. de empleados: 1.528.
Actividad principal: Largo recorrido, transporte turístico y personal de fábricas. Explotación de estaciones de autobuses y bases de mantenimiento.
Líneas de explotación: 68.
Destinos atendidos: 436.
Estaciones de Autobuses: 3.
En China, operan 200 empresas españolas, mientras que hay 10.000 firmas estadounidenses
Balance asiático

Desde el aterrizaje en el país, Telvent (antes, Sainco) ha realizado proyectos por más de 150 millones de euros. El año pasado, cerró el ejercicio con una cartera de contratos en China superior a los 48 millones de euros. Su delegación en Pekín se compone de una plantilla de más de treinta profesionales. Se espera alcanzar la cifra de ochenta en los próximos dos años.

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