domingo, 15 de enero de 2012

Encontrar trabajo en China, no tan fácil como parece

En los últimos tiempos, los números de crecimiento del PIB de China y la crisis económica en Occidente han generado una visión casi idealista sobre la realidad del gigante asiático. Según muchos, China es el país de las oportunidades, la nación del futuro, el mejor lugar para encontrar trabajo. Algunos hablan del nuevo "sueño chino", donde no sólo los locales tienen numerosas oportunidades, sino también los extranjeros.

A pesar de que cada vez hay más foráneos en China, encontrar un buen trabajo en este país no es tan fácil como muchos piensan en Europa o América. La situación además se ha ido complicando con el paso del tiempo: cada vez más, los chinos son capaces de hacer lo mismo (o mejor) que los extranjeros, trabajando más horas y cobrando menos. Las oportunidades, que hace diez años eran mucho más numerosas, también se han reducido debido a la afluencia de tantos occidentales y a la vuelta del extranjero de muchos chinos.



Para los propios licenciados chinos, encontrar un puesto de trabajo acorde con sus estudios es una tarea enormemente complicada. Con unos seis millones de nuevos licenciados al año, el país tiene problemas para crear puestos de trabajo de alto valor añadido. Esto ha dado lugar a lo que se conoce como la tribu de hormigas (yizu, 蚁族) o dosmilyuanismo, jóvenes chinos con una buena formación que malviven en las grandes ciudades chinas.

Como explica Diego Torres, que trabajó en el ICEX en Pekín, en general "los extranjeros tienen oportunidades allí donde las empresas extranjeras tienen oportunidades". El problema, sin embargo, es que los puestos de trabajo que las compañías foráneas crean en este país suelen ser para los chinos. En empresas españolas potentes en China, como Gamesa, INDITEX o Telefónica, normalmente sólo suele haber un jefe y algún trabajador intermedio como contratados extranjeros.

Además, estos puestos de trabajo, que son los mejor pagados y con buenas condiciones laborales, casi siempre suelen ser cubiertos desde el país de origen. Cuando una empresa decide abrir una oficina comercial en China, en general no busca a alguien que ya esté en el país, sino que se lleva a un trabajador que ya está contratado en Europa o América. El fenómeno está tan extendido que más de uno, después de haber vivido en China durante varios años, decide volver a su país y trabajar cierto tiempo en una empresa que haga negocios con el gigante asiático para así poder volver a China. Esta situación también se suele dar en embajadas, consulados, institutos oficiales de idiomas y otras instituciones públicas: la mayoría de los que disfrutan de buenos sueldos y contratos indefinidos en China es porque lo han conseguido en su país de origen.

Las dificultades para encontrar un buen trabajo en este país hacen que muchos extranjeros se dediquen a trabajos temporales, con pocas posibilidades de ascenso y que en general no están relacionados con su formación. Son sectores en los que hay demanda de extranjeros y que normalmente implican una habilidad lingüística (básicamente ser nativo de inglés, francés, español, ruso, etc…) o simplemente el hecho de tener una cara occidental. Aquí entrarían trabajos como corrector para los medios de comunicación chinos dirigidos a los extranjeros (Xinhua, CCTV, Radio Internacional, China Daily…), profesor de idiomas (en escuelas, universidades o Instituto Cervantes), DJ en una discoteca, actor, músico o relaciones públicas. En los últimos años incluso se ha puesto de moda la contratación de extranjeros que se hacen pasar por importantes ingenieros, arquitectos o profesores universitarios para dar prestigio a las empresas chinas. [Está muy bien explicado en este artículo]. Son trabajos que muchos hacen porque les permiten seguir en este país, desarrollar otros proyectos, viajar o estudiar chino.

Otra de las cosas que suelo escuchar en España es que con aprender chino uno "tiene la vida resuelta". Por supuesto, dominar un idioma como el mandarín (algo que requiere muchísimo tiempo y esfuerzo) es una ventaja añadida para los que buscan trabajo en este país y puede abrir muchas puertas. Sin embargo, poder hablar y escribir chino tampoco garantiza nada. En general, los trabajos de traductores español-chino y chino-español suelen ser cubiertos por chinos, básicamente porque tienen mejor nivel de idioma y porque cobran menos. Lo importante es no sólo dominar el idioma, sino tener además otro valor añadido: ser un excelente ingeniero, arquitecto, estar especializado en la internacionalización de empresas o trabajar como comercial.

Aún así, por supuesto que hay oportunidades laborales en China para los extranjeros. Para los españoles, Diego Torres apunta, por ejemplo, a las empresas que venden maquinaria en la zona de Shanghai. Julen Madariaga, ingeniero y autor del famoso blog Chinayouren, destaca a los arquitectos españoles, con una buena reputación en China. Aunque no conozco el tema en profundidad, los sudamericanos probablemente tengan oportunidades en empresas relacionadas con la exportación de materias primas.

A pesar del crecimiento económico del país y de la cada vez mayor presencia de empresas extranjeras, China no es el paraíso de oportunidades laborales que algunos se imaginan en Europa y América. Como dice Cristobal Minguez, un joven empresario español que lleva tres años y medio viviendo en Pekín, aquí "tienes que mojarte y a largo plazo".

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