
Indonesia, México, Vietnam o Turquía está modificando el orden económico mundial.
En noviembre del año pasado, el Fondo Monetario Internacional aprobó reformar la composición de su directorio, la distribución de las cuotas y por tanto los derechos de voto. La entidad, entonces dirigida por Dominique Strauss-Kahn, traspasó de hecho un 6 % de las cuotas relativas hacia los países de mercados emergentes. "Significa que ahora los 10 principales accionistas realmente representan los 10 principales países del mundo, a saber, Estados Unidos, Japón, los cuatro mayores países de Europa y las cuatro economías del grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China). El orden de importancia de los países es ahora realmente el que tienen en la economía mundial", afirmó el ex director del FMI. Lo que no dijo públicamente Strauss-Kahn es que la modificación del Tratado de Bretton Woods de 1944 significaba la cesión de dos cupos a los BRIC en detrimento de Europa.

América del Norte, con los todopoderosos Estados Unidos y Canadá, verá menguada también su influencia. Si el año pasado representaba una cuarta parte del PIB, en 2050 apenas alcanzará el 15 %, según las estimaciones de diversos organismos internacionales, recogidos por Pablo Bustelo, del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales.
Estas cifras dan una idea del rápido reequilibrio que se está produciendo en la correlación mundial del peso de las economías. Y explica en gran medida las fuertes tensiones de liquidez, confianza de los inversores y sequía financiera de la eurozona. Algo que tiene consecuencia directa sobre la microeconomía, sobre las empresas, economías domésticas y cuentas públicas. "Los mercados de Europa Occidental y América del Norte han dejado de ser la referencia fundamental, pues buena parte de la expansión de la demanda está localizada en otros continentes", sostienen los informes elaborados desde el Instituto Valenciano de la Exportación (IVEX).

Pero además de los BRIC hay otros países que están contribuyendo a equilibrar las tradicionales desigualdades entre Occidente y Oriente. Son los denominados N11 (next eleven o grupo de los próximos once). Bangladesh, Egipto, Indonesia, Vietnam, Corea, México, Pakistán, Irán, Filipinas, Turquía o Nigeria van a poder competir dentro de un tiempo con las economías del G-7, aunque sin alcanzar la pujanza de los grandes emergentes.
El grupo de los N11 ha ido aumentando su peso en la economía y el comercio mundial hasta contribuir con un 9 % al crecimiento del PIB global en los últimos años. Su gran población convierte a estos países, junto con los BRIC, en uno de los motores del consumo en los próximos años, soportado por el ´espectacular´ crecimiento de su clase media y alta. En 2050, el PIB del N11 podría alcanzar las dos terceras partes de la riqueza del G-7.

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