martes, 19 de junio de 2012

"Si hay un país con dinero y que consuma hoy es China"

Esta experta viguesa en comercio exterior dirige una consultora de exportación e importación en la ciudad de Chengdu



Los chinos conceden una gran importancia al destino, pero Sara Landesa (Vigo, 1972) ni se imaginaba el suyo cuando pisó por primera vez la ciudad de Chengdu en 2005. Llegó sin saber por cuánto tiempo se quedaría ni dónde trabajaría, quería "invertir" en sí misma y aprender el idioma, pero acabó creando su propia empresa, ASK China, una consultora dedicada a la exportación e importación de todo tipo de productos que debe su nombre a las iniciales de sus tres sobrinos y que tiene clientes de diferentes nacionalidades, incluidos los oriundos del país y, en mayor medida, italianos.
Los comienzos de este "enriquecedor" camino, sin embargo, fueron difíciles. Mientras estudiaba el idioma en la universidad –tiene un nivel medio oral y escrito– se dedicó al control de calidad de los productos que importaba una empresa gallega y, para ello, debía arreglárselas en naves industriales donde solo se hablaba chino. Además vivió la "terrible" experiencia del terremoto de 2008. "En la ciudad éramos cuatro españoles contados cuando llegué. Fue duro porque hasta después del primer año no empiezas a poder mantener conversaciones. Aprender su lengua ha sido la mayor satisfacción personal de mi vida", admite.
Licenciada en Administración de Empresas y especializada en comercio exterior e internacionalización, Sara trabajó durante dos años para la Embajada española en Nueva Delhi antes de poner rumbo a Chengdu, la capital de la provincia de Sichuan, al sudoeste del país. La ciudad, con más de doce millones de habitantes, es "un gigante con vida de barrio en el que la gente es muy hospitalaria y donde puedes encontrarte al hijo de la tendera hacer sus deberes en la calle".
Esta realidad convive con el crecimiento imparable de rascacielos y un gran afán consumista, común a todo el país, que dispone para saciarse de hasta seis centros comerciales con las primeras marcas internacionales de lujo. Por eso, destaca Sara, tener éxito en una de las principales urbes chinas o en una provincia puede ser equivalente a vender tu producto en un país como Francia o España.
"Las empresas europeas suelen centrarse en Pekín y Shanghái, que puede ser una estrategia correcta y dar resultados, pero nuestra empresa tiene una visión mucho más global y buscamos el mejor mercado dentro del país para cada producto", explica Sara.
La crisis ha originado que los españoles tengan más interés en China –"Empiezan a verla como un mercado en lugar de una amenaza"– aunque la competencia es dura. "Las ventas de vehículos crecieron un 14,6% el año pasado y las de propiedades inmobiliarias, un 27,9%. Si hay un país hoy en el que haya dinero y se consuma es éste. Muchas empresas creen que China es capaz de absorberlo todo, pero también es interesante realizar acciones comerciales", apunta.
Su empresa, que comparte al 50% con su socio italiano Renato Tango, ha realizado acciones comerciales para impulsar la exportación de pescado o vino gallegos y uno de sus clientes es la firma biotecnológica Innaves Biotech, que desde su sede de Porriño vende al coloso asiático un antihipertensivo natural.
Dominar el chino –Renato es bilingüe– les permite llegar a un mercado gigantesco, la población de China alcanza los 1.200 millones de habitantes, y hablar con el interlocutor adecuado en cada momento, así como interpretar otro tipo de señales: "Les cuesta mucho decir que no y en una negociación es necesario tener claro dónde está realmente el límite"

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